Mientras la mayoría de las mamás festejan este 10 de mayo con motivo del Día de las Madres, otras simplemente viven con la ilusión de volver a ver a sus hijos y otras simplemente no celebran, ya que tienen que trabajar para mantener a su familia.
Tal es el caso de Doris López Saavedra, quien después de haber trabajado durante más de 30 años en un hotel de la Costera de Acapulco, hoy vive en el abandono, con la ilusión de que alguno de sus hijos se acuerde de ella en esta fecha especial.
"Mi esposo desgraciadamente fue en busca del sueño americano, un día salió de la casa y me dejó sola con mis tres hijos (dos mujeres y un varón) y me juró que en poco tiempo mandaría por nosotros, pero nunca volvió, por lo que no me quedó de otra que ponerme a trabajar para darle estudio a mis hijos, una es enfermera, la mayor se recibió de contadora y el más chico es ingeniero, pero nadie se acuerda de mí’, lamentó.
Por su larte, la comerciante Fabiola Hernández Torres narra con lágrimas que todos los días tiene que vender su mercancía, lo que le da para mandar a sus hijos a la escuela y llevar el sustento a su familia.
"Aunque mi esposo trabaja, la verdad lo que gana es muy poco y apenas nos alcanza para comer, por lo que tuve que ponerme a trabajar y de festejos, ni en sueños, ya que sí no vendo, mis hijos no tienen para sus materiales de la escuela", señaló.
Mientras unas madres celebraban en compañía de sus hijos con regalos e incluso fiestas, otras pasan este 10 de mayo como un día desapercibido, olvidadas, abandonadas por las personas a las que dieron vida, lo que se constata en varias zonas de Acapulco este 10 de mayo.
También, Mirna Patricia González Ortiz , vendedora ambulante, mencionó que ella trabaja para su sustento, que que sus cuatro hijos no se acuerdan de ella, "yo no pido que me regalen nada, sólo me gustaría que de vez en cuando me buscaran para platicar un rato, saber cómo están, qué les ha pasado y si les puedo dar un buen consejo para que no cometan los errores que yo tuve, me sentiría muy feliz, pero hasta ahora ya tiene más de ocho meses de no saber nada de ellos’.
Es triste recorrer las calles el Día de las Madres y observar cómo las mamás se encuentran abandonadas por sus hijos, quienes no tienen el detalle de visitarlas, ni siquiera de regalarles una flor o una simple tarjeta de felicitación por este día tan especial, aunque ellas, que ahora añoran un poco de cariño y amor, antes se desvivieron por atenderlos; gastaron sus mejores años por darles las armas para sobrevivir en la vida y se rompieron el alma para que sus nietos hoy disfruten de un porvenir abundante y sin las carencias que ellas padecieron.