La marginación, el incremento de la violencia y la falta de políticas públicas en la región de Tierra Caliente, ha causado el desplazamiento de miles de familias en más de 50 comunidades de la región, además que municipios importantes como
Pungarabato (Ciudad Altamirano) y Ajuchitlán del Progreso, que antes eran los principales centros de desarrollo económico, hoy sufren la decadencia de una de las zonas más importantes de Guerrero.
Desde la entrada al municipio de Teloloapan, que es el último de la región Norte de Guerrero y que colinda con Tierra Caliente, la desolación de las calles es insospechada. No hay niños jugando en las plazas públicas, ni en los parques y sólo se ven a dos o tres personas con animales de carga recorriendo la orilla de la carretera, quienes por el sudor y las ropas desgarradas, reflejan la pobreza y falta de oportunidades en la zona.
A la entrada de Teloloapan, una imagen estremece el corazón de los visitantes. Un módulo de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil local, permanece con balazos de arma de fuego, además que diversos vehículos oficiales también tienen señales de balas y llantas ponchadas, por lo que permanecen obsoletos.
La inseguridad pública es la principal causa de la decadencia de la región de Tierra Caliente, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval) realizados en 2007, donde se destaca que antes la zona era un importante centro de agricultura y ganadería, además del comercio que era de las principales actividades, algo que hoy sólo es un recuerdo para los pobladores.
De acuerdo a datos de la Coneval, la actividad económica ha descendido en la región de Tierra Caliente a causa de la disputa del territorio por parte de diversos cárteles, por lo que los municipios más afectados son San Miguel Totolalpan, Pungarabato, y Ajuchitlán del Progreso entre otros, registran el mayor número de familias desplazadas en la zona.
Ciudad Altamirano, que era una de las ciudades más importantes de Guerrero, hoy ha sido rebasada por los hechos delictivos. La pobreza y la desolación han alcanzado cifras incalculables, por lo que la gente huye a otras zonas para subsistir. Expertos de la Coneval mencionan que una de las causas puede ser la cercanía del municipio con Huetamo y Tejupilco de los estados de Michoacán y Estado de México, respectivamente, donde la inseguridad pública es el pan de cada día, por lo que repercute en Guerrero.
Ciudad Altamirano también ha sido afectado por la violencia en la zona, ya que lo que era el principal centro de comercio en Tierra Caliente, se ha convertido en un municipio fantasma, donde la mayoría de los negocios están cerrados y los nativos prefieren desplazarse a otros lugares para vivir, o simplemente renunciar a sus actividades económicas para no ser objeto de algún hecho delictivo.
Violencia trastoca el tejido social de los pobladores: Coneval
El Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval) menciona que la región de Tierra Caliente es una de las más afectadas de Guerrero en cuestión de inseguridad, debido a que el tejido social se ha perdido por los hechos delictivos en contra de los pobladores, los cuales se niegan a denunciar por temor a represalias de sus victimarios, por lo que prefieren callar o huir de los sitios más conflictivos.
San Miguel Totolalpan, donde hace varios meses miles de desplazados huyeron por la creciente violencia, es uno de los municipios fantasma de la Tierra Caliente, donde las personas han tenido que dejar su vida y su patrimonio para salvar la vida, por lo que los pobladores urgieron a las autoridades a proteger a los pobladores, quienes lo único que desean es vivir en paz y volver a sus lugares de origen.
“No podemos enfrentarnos a los criminales porque ellos toman acciones contra nosotros, por lo que lo único que nos queda es aguantar las humillaciones y cuando está la oportunidad, lo mejor es escaparse con familiares para sobrevivir”, dijo uno de los refugiados en Acapulco que salió corriendo con su familia de San Miguel Totolalpan, quien pidió el anonimato para proteger a sus parientes que viven todavía allí.
Según la Coneval, el gobierno ha dejado mucho que desear en la prevención de los delitos y en la aplicación de políticas públicas que mejoren la calidad de vida de los guerrerenses, sobre todo en regiones donde la violencia ha aumentado en los últimos años como en Tierra Caliente, donde más de 500 comunidades sufren todos los días por la pobreza y violencia, lo que causa que haya pocas opciones de trabajo y desarrollo en la zona.
El entrevistado, que tuvo que huir con su familia de San Miguel Totolalpan, comentó que “la falta de educación también son una de las razones por las que los jóvenes se emplean con los criminales, quienes aprovechan su pobreza para reclutarlos y ganen dinero fácil, con lo que compran lujos y placeres que como campesinos jamás podrían tener”.
“Antes nosotros sembrábamos y la agricultura era una de las actividades fuertes ya que con las construcciones de las presas “Vicente Guerrero”, “Valerio Trujano” y “Hermenegildo Galeana” varios empresarios impulsaron los sistemas de riego y se daban toneladas de cultivos que se exportaban, como café, plátano, cacao, papaya, mango, tabaco, limón, maíz, entre otros productos, pero eso ya quedó atrás”, acotó.
Según la página de la arquidiócesis de Acapulco, los párrocos con presencia en municipios de Tierra Caliente como San Miguel Totolalpan, Pungarabato y Ajuchitlán del Progreso, señalan que los hechos delictivos han descendido en las últimas semanas, sin embargo, aún se observan pueblos fantasma donde sus pobladores han huido a otras partes en busca de paz y trabajo que en sus comunidades no pudieron encontrar.
Según los clérigos, en Tierra Caliente todos están expuestos a ser víctimas de la violencia, por lo que en varias ocasiones los sacerdotes y misioneros de la zona han exhortado a las autoridades de los tres órganos de gobierno, con el objetivo de que la paz y el desarrollo económico sean otra vez la constante en la región, algo que se ha perdido por diversas causas, entre las que destacan la creciente violencia y la pobreza extrema.