¿Hay algo qué celebrar?
Jesús Antonio Lemus Beltrán
Como todos los años, en el llamado “mes patrio”, al tiempo que las calles, las casas, los autos y todo se llena de banderitas tricolores, escudos mexicanos y sombreros charros, aflora el espíritu patriota de los mexicanos. Sea por tradición, por rabia contenida ante su realidad, por dolor o por puro gusto, muchos en este país salen a gritar a voz de cuello: “¡Viva México ca….!”
Pero más allá del orgullo desbordado, de la emoción que se siente de recordar aquella gesta en la que un puñado de criollos descontentos y una masa de indios oprimidos salieron a luchar por patria y libertad, 200 años después de la lucha de independencia vale la pena preguntarse si aquello por lo que lucharon y murieron tantos hombres y mujeres, sigue vigente hoy en día.
¿Somos realmente una nación independiente y soberana? ¿Podemos decidir, según queramos y nos convenga, el tipo de gobierno que queremos, la política económica que mejor funcione para nuestra realidad social? ¿Puede nuestro gobierno definir sin presiones extranjeras la política energética, el manejo del sistema financiero, las reglas de operación para los bancos?
Por supuesto que sabemos que en un mundo globalizado la interdependencia y la corresponsabilidad entre países es una realidad. Pero también es un hecho que nuestra condición de país “en desarrollo” o “de tercer mundo”, según se quiera ver, nos somete involuntariamente a ser parte de un orden internacional en el que los países desarrollados nos imponen agenda, decisiones y políticas que no siempre son las que más se adaptan a nuestra realidad y nuestros problemas.
¿Acaso no las presiones por una reforma energética, fiscal o al sistema de pensiones han respondido a presiones externas, más allá del beneficio que algunos de esos cambios le han traído al país? No se puede negar que buena parte de las decisiones y políticas públicas en este país, se toman acatando lineamientos de gobiernos y organismos extranjeros. ¿Quieren dinero para evitar que quiebre su economía?, IMPONE EL GOBIERNO NORTEAMERICANO "Tendras que sujetarte a nuestras directrices".
La independencia por la que lucharon Hidalgo, Allende, Morelos o Josefa Ortíz de Domínguez sigue siendo motivo de orgullo y dignidad para los mexicanos. Lo que somos hoy como país, con todos los contrastes, problemas y contradicciones, no se entendería sin la valentía de aquellos hombres y mujeres que defendieron con la vida la búsqueda de libertad.
Y sí, libres somos a pesar de tantos condicionamientos y limitaciones; con todo y que muchos piensen que nos tiene oprimidos una clase empresarial y dominante que usufructúa la riqueza del país; a pesar de nuestros políticos que, cínicos y desvergonzados, han exhibido su incapacidad y su falta de grandeza para darle al país un rumbo cierto; con todo y las ofensivas desigualdades, la injusticia e impunidad que campean en nuestra realidad; aún con el miedo y la zozobra de vivir inseguros y a merced de una delincuencia despiadada y ensoberbecida por la incapacidad de los gobiernos para enfrentarla.
¿Para qué nos sirve nuestra libertad? Se los pregunto. Yo creo que para decidir cómo vivimos; para seguir pensando que se puede, a pesar de tantos problemas, echar pa´lante. Para sentir al menos que en medio de nuestra acotada y condicionada independencia, este es un país en el que, aunque a veces nos cueste, queremos seguir creyendo. Porque muchos que se fueron, huyendo de la pobreza, del miedo y la inseguridad, que han buscado en otras partes la esperanza o la libertad que aquí se les negó, aún afuera, por más que encuentren lo que fueron a buscar y puedan conocer otras formas de vida, a esta tierra la siguen añorando.
Así que les pregunto: ¿podemos sentirnos orgullosos de ser mexicanos? ¿Hay razones para creer que aún vale la pena creer en este país? ¿Queda, en medio de tanta injusticia, violencia, desigualdades y problemas, algún resquicio para la esperanza? ¿Cómo podemos de mejor manera gritar y celebrar la independencia?
Espero sus comentarios, y para quienes quieran debatirlo en lemusbeltra69@gmail.com