Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
Como parte de su guerra en contra de las drogas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para declarar al fentanilo –su blanco predilecto–, como un arma de destrucción masiva, hecho que genera diversas interpretaciones hacia y en México.
Tan solo recuérdese que en el año 2003, tras el argumento de que Irak desarrollaba armas de destrucción masiva, el entonces presidente George Bush lo consideró como una amenaza directa no solo a sus vecinos, también a Estados Unidos y a la comunidad Internacional, por ello ordenó la invasión militar, aunque nunca se localizó ese armamento,
Entonces, bajo esa idea resultaría preocupante que Trump ordenara alguna intervención militar en nuestro territorio, bajo la premisa de que se buscaría terminar con los cárteles que trafican con la droga a su país donde, de acuerdo con sus cálculos, en los últimos cinco o seis años han muerto entre 200 mil y 300 mil personas al año (a causa del fentanilo)’ y subrayó que la cifra es mucho mayor", pero reiteró en su idea al afirmar: "Quieren matar estadunidenses".
Pero también ha enfocado sus baterías a Venezuela y a su presidente, Nicolás Maduro, a quien ha acusado de liderar el Cártel de los Soles. Además, desde septiembre naves militares norteamericanas han hundido al menos 26 lanchas y barcos presuntamente cargados con droga, ha cancelado vuelos comerciales a esa nación, ’confiscó’ un buque petrolero y, por último y tras designar a ese régimen como organización terrorista extranjera, ordenó un bloqueo "total y completo" de todos los petroleros sancionados que entran y salen de esa nación.
Desde el punto de vista del empresario metido a político, considera que esas acciones resultan suficientes para pretender terminar con el tráfico de drogas en su país, sin embargo, hasta el momento no se conoce de alguna actividad para combatir esas ilícitas actividades en su territorio, ya que su administración se ha dedicado más a detener y expulsar a supuestos indocumentados ilegales en acciones criticadas, incluso calificadas de ilegales.
Debe recordarse el diálogo entre Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon B. Johnson, cuando el presidente norteamericano le reclamó que nuestro país era el trampolín para el narcotráfico, entonces el mandatario mexicano le simplemente le respondió: "No hay trampolín sin alberca".
Entonces, el gobierno de Estados Unidos debería colaborar para terminar con los grupos de narcotraficantes que operan en su territorio, quienes han sido ignorados en esa guerra declarada contra otras naciones. Sin duda, sería una muy positiva ayuda para evitar más muertes de estadounidenses, hecho considerado como primordial para Trump.