Un Día Sin Mujeres, Inhumación de esperanzas


’Saquen el rosario de nuestros ovarios’, pinta frente a la emblemática Catedral Metropolitana

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Un Día Sin Mujeres, Inhumación de esperanzas
Ciudad
Marzo 11, 2020 23:29 hrs.
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Jesús Yáñez Orozco › Club Primera Plana

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Día atípico en la historia nacional. Huérfana ciudad. Semivacía. Fantasmal. Muda. Sorda. Aborto fugaz de sí misma. Estruendosamente callada bajo un sol abrasador. Pelota redonda en el firmamento que parece ruborizarse por la pandemia de feminicidios.

Trino fugaz de pájaros. Réquiem involuntario por ellas… por todos.
Un Día Sin Nosotras no era contra el presidente de México. Que él volvió contra sí mismo. Porque piensa, en su irrefrenable discurso de odio --de contrapuntear al pueblo-- que hay mano negra en estas expresiones colectivas: fifís, conservadores y neoliberales, como él llama.

AMLO, eterna víctima de los malos. Porque él es bueno. Casi santo, está obsesionado con ’purificar’ la vida pública. Desconoce, como dicen en redes sociales, que no hay peor villano que quien se hace la víctima. Porque los malos siempre son los otros.

Durante la mañanera –charla informal con reporteros—, en Palacio Nacional, el presidente López Obrador fue interrogado sobre qué medidas implementará su gobierno para atemperar la corrosiva violencia contra las mujeres.

Respondió con la irremediable sonrisa de sorna que suele colgar, casi imperceptible, en sus labios y una pátina de hartazgo en su voz:

’Pues estamos trabajando todos los días. Sostengo que lo principal es garantizar el bienestar de la gente: combatir la desigualdad económica y social, combatir la pobreza, combatir la desintegración de las familias y eso es lo que estamos haciendo’.

Mortuoria receta para todos los males del país.

Un post en Facebook llama la atención:

’Luego de escuchar la mañanera hoy, hago responsable al presidente Andres Manuel López Obrador, de los feminicidios durante su gobierno.’

Advierte una psicóloga de de la UNAM, que está por finalizar maestría en psicoanálisis, que pide el anonimato:

’Es una lucha por reconocer el lugar que tienen las mujeres como personas. No como hijas, ni mamás, ni esposas.’

Eco del día anterior, resuena en calles fantásmicas durante este lunes:

’¡Ni una más, ni una más... Ni una ase-si-nada más!

Y:

’¡El violador eres tú!’

Es casi mediodía. Solitarias un par de prostitutas ofrecen sus servicios afuera del metro Revolución. Zona de cotidiano mercado sexual. Cuesta 300 pesos el servicio, más hotel. Total: 500 pesos. Una, enfundada en sensual vestido negro corto, abajo de los glúteos. La otra, en pantalón entallado blanco moteado. Blusa clara. Cuerpos que alguna vez fueron divinos. Deteriorados por el tiempo. Estómagos protuberantes.

Ambas calzan zapatos negros de tacón bajo el sol inclemente. Buscan refugio bajo la pálida sombra de un árbol enclenque. Sostienen una breve charla. Miran de soslayo a los varones. Lenguaje corporal para vender sus caricias.

A 20 metros de distancia, un bolero, rostro contrito, charla por su celular:

’Hoy es un día sin mujeres. Tienes que solidarizarte con el movimiento.’

Frente a la emblemática Catedral Metropolitana –incurable resaca de la víspera, domingo, Día Internacional de la Mujer, cuando marcharon unas 100 mil personas— cimbra una pinta de seis palabras, en morado, sobre una barda metálica oscura que protegió el inmueble de actos vandálicos:

’Saquen el rosario de nuestros ovarios’.

Calles desiertas. Transporte colectivo semivacío: microbuses, combis, camiones, metro y metrobús. Un recorrido de casi 150 kilómetros por ciudad de México y zona conurbada constata cómo los varones son asaeteados por el látigo del inconmensurable vacío sin ellas.

Su mormorea ausencia pesa.

Soledad balsámica para un país roto, hecho jirones. Se observan pocas mujeres. No hay sonrisas en sus labios carmesí. Mirada huérfana. Buriladas por un vació profundo hace décadas. Nadie las oye. Ni escucha.

Convocado por la colectiva feminista Brujas del Mar, este lunes 9 de marzo se activó el paro nacional de mujeres. Participan estudiantes, trabajadoras, burócratas, vendedoras ambulantes, amas de casa... Suspenden sus actividades a manera de protesta contra la violencia de género en México bajo la arenga Un Día sin Nosotras. Se calcula que pararon 20 millones en todo el país.

Motivos de su hartazgo, sobran. Sólo un dato descorazonador: 10 feminicidios al día, 3 mil 650 anuales. Que, al final del sexenio –si el presidente de la República no modifica su postura de reconocer la violencia letal e impunidad hacia las mujeres -- ascenderían a 18 mil 250 feminicidios… o más.

Las mexicanas, según el diario estadounidense The New York Times, están entre las mujeres que más trabajo hacen sin cobrar: destinan seis horas al día a labores no remuneradas. Como alimentar a los bebés, lavar la ropa o conseguir agua para la casa, mientras que los hombres del país trabajan menos de 3 horas sin recibir pago.

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