LETRAS SUELTAS, ALMA FEROZ
Emireth Bollás Mendoza
Este 1 de diciembre, en México se conmemoró el Día Mundial de la Lucha contra el VIH y pienso en lo importante que es hablar de este tema.
No para revictimizar, sino para abrir un espacio en el que podamos reflexionar desde nuestros propios ámbitos, participar en la prevención y reconocer la violencia social que históricamente se ha ejercido sobre las personas que viven con él.
Pienso también en lo importante que es responsabilizarnos para que se deje de estigmatizar. Es fundamental hablar del VIH sin repetir las violencias desde distintos espacios sociales:
Negar el acceso a los servicios de salud, a medicamentos o pruebas.
Humillar, amenazar en/ o difundir el diagnóstico en espacios físicos o digitales.
Realizar chistes o comentarios denigrantes aludiendo a las personas que lo padecen.
Rechazar, aislar o excluir de espacios familiares, sociales, laborales, religiosos o comunitarios.
Despedir, reubicar de manera injustificada o exigir pruebas de VIH para permanecer en el trabajo.
Hoy creo que la lucha contra el VIH no está solo en lo exterior -en prevenir y en atender con dignidad, respeto, amor y empatía a quienes lo padecen-, sino también en el interior de cada quien: en la forma en que entendemos este padecimiento, en el compromiso con el que desmontamos las creencias, en el posicionamiento que tomamos cuando son discriminados o discriminadas y en el cuidado que tenemos cuando recordamos que siguen siendo personas con dignidad.
El VIH no es no es condena, no es castigo, no es la consecuencia de un pecado que se esté pagando; es una condición de salud manejable, con tratamiento, que no quita el derecho a vivir una vida en dignidad a ninguna persona.
Porque hablar sin herir, mirar sin miedo y acompañar sin estigmas, son formas significativas de responsabilidad. Hablemos desde el VIH, no solo cada primero de diciembre, hagámoslo siempre, cada uno de los días del año por el resto de nuestras vidas.
Hagámoslo desde la exigencia al respeto hacia cada persona, desde el cuidado y la responsabilidad colectiva, actuemos hoy y siempre con amor, con humanidad, con el compromiso de ser pieza importante en la creación de una sociedad empática.