La noche del miércoles, habitantes de Valle de Chalco tomaron la carretera Chalco-Tláhuac, a la altura de la Central de Abastos, en una protesta que refleja el hartazgo ciudadano frente a la creciente inseguridad que azota la región. Con pancartas y consignas, exigieron a las autoridades municipales y estatales acciones inmediatas para frenar los robos, asaltos y extorsiones que, según denuncian, se han vuelto cotidianos.
Antecedentes recientes que intensifican el malestar
- El pasado 10 de julio, vecinos de San Miguel Xico retuvieron y golpearon a un presunto asaltante que había atacado a un adulto mayor. El intento de linchamiento fue frenado por la policía, pero evidenció el nivel de desesperación en la comunidad.
- En marzo de 2024, se reportaron al menos 50 muertes relacionadas con asaltos y extorsiones en el municipio. Transportistas y comerciantes denunciaron narcomantas, quema de unidades y amenazas constantes.
- Desde el inicio de la administración del alcalde Alan Velasco Agüero, en febrero de 2025, se han acumulado críticas por la falta de respuesta ante emergencias y la ineficacia en el combate a la delincuencia.
Cabe señalar que de acuerdo con el Semáforo Delictivo del Estado de México, Valle de Chalco presenta incrementos en seis de los once delitos de alto impacto monitoreados. El narcomenudeo se disparó un 100%, la violación un 400% en enero de este año, y los homicidios muestran una tendencia ascendente del 10%.
Por ende el cierre de la vía generó un caos vial que se extendió por varias horas, afectando a miles de conductores y usuarios del transporte público. Los manifestantes advirtieron que, de no recibir atención y soluciones concretas, las movilizaciones continuarán.
Con la manifestación los vecinos responsabilizan directamente al gobierno local, encabezado por el morenista Alan Velasco Agüero, por la falta de estrategias efectivas. Aunque el edil ha declarado que se reforzará la coordinación con los tres órdenes de gobierno, los ciudadanos aseguran que las patrullas no llegan y las denuncias no proceden.
La protesta de anoche no fue un hecho aislado, sino parte de una creciente ola de inconformidad que podría escalar si no se atienden las demandas de seguridad. La comunidad ha dejado claro que no está dispuesta a seguir viviendo con miedo.