Y cuando desperté... La tecnología estaba ahí

Hoy en día la obra pública ha cambiado en todo el mundo, en sí la construcción como industria y sector económico a cambiado. Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) impulsan un nuevo campo de desarrollo y exportación de modelos de construcción y "servicios inteligentes" que ofrecen eficiencia económica y operativa.

Son modelos dinámicos de peaje en las autopistas; aplicaciones para exprimir el potencial comercial en los aeropuertos; servicios urbanos adaptados a la demanda puntual de la ciudadanía; redes de abastecimiento eléctrico para los automóviles del futuro... Los grupos de construcción e infraestructuras de la mayoría de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se están reinventando para cumplir con todas éstas áreas de oportunidades. Por ejemplo, en Europa van de la mano y muchas veces respaldadas por la Agenda Digital Europea, tras verse afectados por los daños colaterales de los grandes recortes en la obra civil gubernamental, aplicados últimamente por los gobiernos nacionales, más específicamente, por los gobiernos a nivel local. Y ya son tan vigentes las nuevas adaptaciones en los grupos constructores que las convocatorias y sus requisitos de participación y adjudicación de la obra pública en la mayoría de los concursos a los que acuden las constructoras de Europa y Norteamérica, que se les exige estén a la vanguardia en la aplicación de "sistemas inteligentes".

En éste nuevo camino de la construcción juegan un papel primordial, como potenciales aliadas, las empresas de Tecnologías de la Comunicación e Información (TICs), tal y como se pone de manifiesto en cada reunión de trabajo que se organiza entre los Gobiernos nacionales y locales, en Europa, Asia-Pacífico y Norteamérica, con grupos de la industria del la construcción ferroviarios, carreteros, fluviales, marítimos, aeroportuarios, de agua potable y drenaje, telefonía, etc., para abordar el maridaje entre infraestructuras y TICs.

Y es que ya existe una demanda clara de TICs aplicadas a las infraestructuras en aeropuertos, autopistas y ferrocarriles, sin demoras, por ejemplo. La otra gran oportunidad tiene que ver con las "ciudades inteligentes". Y desde ese punto de vista, la tecnología juga un papel clave en retos que tendrán que afrontar todos los países, como la mejora de la movilidad viaria, la implantación de la directivas que gravan el tráfico pesado en las carreteras de alta capacidad (en México lo hace la CAPUFE), el tránsito del peaje en sombra al peaje explícito o el cobro por acceder en coche al centro de las ciudades (en México algunas vías de rápida velocidad -Periféricos- ya cobran su acceso). ¿Por qué?

Pues porque las carreteras junto con las vías férreas, los aeropuertos, los puertos, las zonas de actividad logística, los canales fluviales e incluso los oleoductos y gasoductos conforman la infraestructura fija que, junto con la móvil, _constituyen la oferta para el funcionamiento del sistema de transporte._ La demanda o disposición a desplazarse, tanto de pasajeros como de mercancías, entre un origen y un destino se canaliza a través de ésta diversificada oferta modal, asegurando el funcionamiento del sistema productivo. Y porque la demanda de transporte depende de un conjunto de factores heterogéneos relativos a la actividad económica, población, lugar de residencia, precio, etc., y se reduce a medida que disminuye la distancia a la que se pueden satisfacer las necesidades. El tráfico, variable que interviene de forma directa en la planificación de las redes viarias (carreteras, caminos y vías férreas, utilizadas por nuestros vehículos para el transporte de personas y mercancías, y que es fundamental construirlas y dárles un correcto servicio de mantenimiento por la seguridad de los vehículos y las personas, por sobremanera a escala urbana e interurbana), se expresa en número de pasajeros transportados y en las toneladas métricas movilizadas. El número y tipología de unidades de infraestructura móvil y las distancias recorridas son igualmente variables de tráfico.

Por ello mismo, ya no es extraño que la tecnología sea parte del diseño y la construcción, derivando, por ejemplo, que en los contratos ferroviarios de los países desarrollados se separen los trabajos de instalación de vía y de la catenaria (el sistema que trasmite potencia eléctrica a las locomotoras u otro material motor; las tensiones de alimentación más comunes van desde 600 V a 3 kV en corriente continua, o entre 15 y 25 kV en corriente alterna), cediéndose el primero a las constructoras y el segundo a grupos en los que entran empresas de la industria de las TICs.