Este lunes empieza la ’nueva normalidad’ y en varios estados de la República donde gobierna el partido de morena, regresarán a clases y a su vida cotidiana (eso sí) siempre tomando su sana distancia, con su cubre bocas oficial y su gel, pero con alcohol, mucho alcohol, para que se mueran todos los bichos de las manos, porque ante todo están ’los pobres’ que son quienes más le preocupan a nuestro flamante presidente nacional.
Siguiendo unas graficas maquilladas y muy a modo de: ’La cuarta transformación es un éxito y ya el covid19 nos la pelo’, aconsejaron a la población en general, salir a las calles, sin tomar en cuenta y el menor reparo en las estadísticas oficiales que manejan las entidades federativas restantes. El vocero del presidente López asegura y dice que ya no hay peligro y que con moderación todo se puede.
Mientras, los guerrerenses agradecemos a nuestro gobernador Héctor Astudillo, manejar las cosas con propio criterio y rechazar algunas ordenes que a manera de sugerencia hacen desde palacio nacional, el doctor Gattel olvida que: El coronavirus no entiende nada de cuartas transformaciones a conveniencia y que muy a su pesar seguirá contagiando y matando mexicanos, valiéndole madre las ordenes presidenciales que por debajo de la mesa le hacen declarar como ’cosa suya’, de que todo está muy bien y que aquí no ha pasado nada, que siga la fiesta.
Es muy alarmante darse uno cuenta que mientras en televisión desde ’la mañanera’ nos dan noticas y datos ’muy tibios’ respecto a los contagios y muertes por coronavirus en (según ellos) todo el país. Vemos a nuestros vecinos o amigos morir o contagiarse más a menudo por esa maldita enfermedad y eso que estamos a solo 3 horas de distancia de la CDMX.
No es posible que el presidente López Obrador, a través de ese señor Gattel, siga engañando a los mexicanos y tratándonos parejo (como si todos fuéramos retrasados mentales). Le recuerdo que somos diferentes y millones no votamos por él.
La situación está de verdad crítica y los resultados desgraciadamente se verán en las próximas dos semanas, cuando veamos tristemente a muchos habitantes de esos estados morenistas, caer muertos literalmente como moscas. Al tiempo.