Muy a pesar de lo que presume en entrevistas sobre la supuesta ’buena administración’ que hizo durante su gobierno (2005-2011), Zeferino Torreblanca Galindo miente al hablar sobre sus finanzas, pues durante su período endeudó al estado con créditos que solicitó a bancos comerciales, de tal forma que hoy, doce años después, el gobierno actual tiene que pagar 31 millones de pesos mensuales de capital e intereses, lo que afecta su capacidad financiera para llevar a cabo las obras y programas de bienestar para la población del estado.
De acuerdo con datos oficiales, durante el sexenio de Zeferino aumentó el endeudamiento del estado en 3 mil 19 millones de pesos, dejando un saldo de 2 mil 957.5 millones, sin que haya hecho alguna obra de importancia que lo justificara.
Tan desaseada fue su administración, que sólo en los dos últimos años de su período, Torreblanca contrató préstamos bancarios por mil 733 millones de pesos a largo plazo –lo que implica intereses más altos-, y sólo pagó 61.3 millones, creando un desbalance importante en las finanzas estatales.
Y si a eso se le suma la denuncia hecha por la Auditoría Superior de la Federación, en el sentido de que ni Zeferino ni Ángel Aguirre Rivero pagaron impuestos descontados a sus trabajadores por nómina quincenal dejando una deuda de varios miles de millones de pesos, dinero que le empezó a ser descontado al anterior gobierno de Héctor Astudillo Flores, entonces de la mala administración pasamos a la sospecha de posibles malos manejos, pues esos recursos no obran en los informes de Cuenta Pública ni se consideraron como ingresos para uso oficial.
En términos de la deuda mencionada, la herencia de Torreblanca para el estado por el gran endeudamiento en que dejó al estado, implica que el gobierno actual deba pagar mensualmente 31 millones de pesos a diversos bancos por capital e intereses de un dinero que no se sabe en qué se gastó, y que no se informó a la ciudadanía en su momento, todo en un régimen de mala planeación e irresponsabilidad financiera, que ha comprometido los recursos gubernamentales durante doce años y los que restan.
De manera que cuando Zeferino presume de sus ’logros’ en entrevistas y conferencias de prensa en las que se promociona para volver a ser alcalde de Acapulco, está mintiéndole a los electores, pues la verdad de sus actos y omisiones dejan al desnudo la realidad de una administración desaseada y bajo sospecha de corrupción.
Pese a todo, el gobierno de Evelyn Salgado Pineda está aplicando medidas de saneamiento financiero sin comprometer el presupuesto de los próximos años, atendiendo la deuda heredada con ahorros, austeridad y reordenamiento financiero de corto y mediano plazo. Sólo así se podrá eliminar una serie de compromisos de deudas heredadas malamente, para evitar que limiten la capacidad financiera estatal…