El fracaso en el intento de frenar el inicio de clases por parte de quienes se oponen a la reforma educativa, es una muestra del desgaste existente en este movimiento y de la necesidad de recurrir a otras estrategias menos dañinas para la población en general y los estudiantes en particular.
Si no les sirvió de lección la poca respuesta obtenida a la convocatoria lanzada para echar abajo las elecciones anteriores, y la ciudadanía salió a decidir en las urnas, era de esperar la poca respuesta a este plan de acción para el momento de iniciar las clases.
Esperar que los profesores se lancen a la aventura de suspender clases, cuando existe el amago de ser castigados e incluso despedidos, es un contrasentido, porque atentan en contra de su propio bienestar y el de su familia. Si el bienestar familiar no está asegurado, puede resultar difícil cumplir con los planes de acción fijados por sus líderes.
Lo sucedido en Oaxaca, donde el gobierno decidió tomar las riendas de la educación en el estado, que controlaba la CNTE, es el ejemplo de que el gobierno federal no se va a detener en la aplicación de la reforma educativa.
Que en ese estado la mayoría de las escuelas iniciaran labores de manera normal, es sintomático de que la fuerza de la CNTE no les da para oponerse a las decisiones del centro.
Al igual que en Oaxaca, en Guerrero fueron pocas las escuelas donde los maestros decidieron parar labores totalmente. En realidad existe el fundado temor de que se les aplique la normatividad si faltan a impartir sus clases como debe ser cuando por ello reciben un salario.
¿Tendrán los padres de familia el mismo nivel de tolerancia que mostraron el año educativo anterior cuando los maestros se lanzaron a las calles a intentar tumbar la reforma educativa y a exigir la presentación de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa?
Al momento no se sabe, pero es previsible que no muestren tanta flexibilidad si las autoridades tampoco la tienen. No se espera esa resignación de tener en casa a los niños sin recibir clases. Veremos cómo se desarrollan los hechos, pues el año escolar apenas inicia.