El 29 de este mes se realizarán elecciones en Tixtla para reponer la que impidieron violentamente los integrantes del Consejo Ciudadano, el 7 de junio de este año. Hay dos competidores, representativos de dos alianzas partidistas, independientemente de otros aspirantes con pocas posibilidades de ganar.
Por el PRI, PVEM, y Panal, llevan como candidato a Saúl Nava Astudillo, y por otra alianza conformada por PRD-PT, PAN, a Hossein Nabor Guillén, representando un conglomerado de partidos que en aras de buscar un difícil triunfo, han perdido su esencia ideológica.
La derecha y lo que resta de la izquierda se unen en un pragmatismo que va más allá de buscar velar por los intereses de la sociedad tixtleca, y acompañan a un candidato perdedor, pues de no haberse violentado el proceso electoral anterior, Saúl Nava ya sería presidente municipal.
Se espera que ahora sí las autoridades electorales blinden la elección y metan en control a quienes con métodos violentos intentan una vez más echar abajo el proceso electoral, como lo anunció la Asamblea Nacional Popular, porque según dicen, la elección está amañada y no aparecen los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, además de que no confían en los partidos políticos.
Como ellos, miles de ciudadanos desconfían de los partidos y de ciertos políticos, y no por ello salen a las calles a robarse las urnas, agredir a los funcionarios de casilla, apedrear a los votantes, y quemar la papelería electoral, porque fuera de eso no existe figura alguna que pueda ser utilizado para acceder a los puestos de representación popular.
Por eso, su intención de quedarse con el control administrativo del municipio no deja de ser un sueño nomás, y la autoridad está obligada a respetar la voluntad ciudadana, de la mayoría, como dictan las leyes. La mayoría no puede sujetarse a lo que diga una minoría, y no todas las comunidades del municipio están por tirar la elección, pues sus representantes saben de los beneficios que les otorga tener una autoridad municipal legalmente elegida –gane quien gane- a seguir padeciendo la anarquía.
LA REELECCIÓN DE BETY VÉLEZ
Donde también van a elegir a su representante es en la sección 36 del SNTSA, donde tal parece que se reeligirá la diputada federal Beatriz Vélez Núñez, quien representa la planilla Círculo Oro. Beatriz ha sido señalada de querer convertirse en una cacique en esta sección al buscar reelegirse en este encargo.
El argumento cae por sí solo, porque la normatividad sindical ofrece el marco legal para poder repetir como secretaria, y más aún que la ley electoral ha modificado sus reglamentos para hacer posible que los diputados, presidentes municipales, etc., pueden volver a contender por el mismo puesto que ocupan, es decir, reelegirse, así que no existe argumento válido para descartarla o descalificarla.
Quienes quieran dejarla fuera del proceso de elección tienen que ganarse la simpatía de los agremiados sindicales. Por ahora no existe otro camino que la competencia real, y como dicen en los pueblos: quien tenga más saliva que coma más pinole.