Ser artista de telerisa o niño verde es lo de hoy, y la mejor gratificación para el ego son las grandes residencias. Pero para tener una gran mansión es necesario poseer una tortería que dé ganancias como para darse algunos lujitos, entre estos poder mercar un jacalito en los yunaites.
De repente nos podemos encontrar que El salvaje o los que venden carnitas de puerco del Guacapa ya tienen mansión en Estados Unidos. Habría que preguntarle al Pay de Queso o a Pancho Paletas si con la venta de su producto y algunos ahorritos ya poseen algún yatecito o chalet en suiza, porque el diputado Angli les ha puesto el ejemplo de tesón y éxito empresarial.
Seguramente muchos le seguirán los pasos o de plano le pedirán la receta…de las tortas para poder hacerse de un patrimonio semejante, y quizá hasta una colonia de guerrerenses se pueda formar allá, en San Antonio Texas.
Es entendible entonces que los que venden los pedazos de pizza cada día les reduzcan ingredientes y los hagan más pequeños, pues seguramente tienen la idea de invertir sus ganancias en el país de las grandes oportunidades. Los tacos de los Mateos, las familias que hacen las enchiladas del mercado de San Pancho, seguramente pueden tener la posibilidad de ser los próximos clientes de las inmobiliarias gringas.
Así que ante tamaña evidencia de que se debe combinar el trabajo intelectual con la grilla y la habilidad culinaria para ser hombre o mujer de éxito, seguramente se romperán los paradigmas establecidos de que solo estudiando y obteniendo una profesión o ser grillo es como se puede obtener riquezas.
Sin duda Angli encontró la cuadratura del círculo y gracias a su inteligencia y profunda visión empresarial, es como ha construido la fórmula del éxito y traspasar fronteras, para envidia de muchos que ahora pretenden, exhibiendo su casita, poner en duda su credibilidad y honestidad.
La neta que la envidia corroe. Así que antes de tirarle jiribilla al niño verde, le deberían pedir que escriba algún libro que bien se puede titular: “Cómo combinar grilla, asesorías y arte culinario para que su éxito trascienda fronteras”, para que muchos puedan, siguiendo sus pasos, llegar a los yunaites como adquiriente de una casa, y no solo en Texas, sino en Miami o Beverly Hill, para más caché.